Remedios eficaces para dormir bien después del cambio de hora de invierno

El cambio de hora puede provocar diversos trastornos, como problemas para conciliar el sueño

Llega el cambio de hora de invierno: a las tres serán las dos

¿Cómo nos afecta el cambio de hora?

El cambio de hora puede provocar trastornos del sueño.
El cambio de hora puede provocar trastornos del sueño. / M. G.
R. G.

25 de octubre 2020 - 09:00

Se ha levantado y no sabe si ha dormido una hora más o una hora menos y el día de hoy se lo pasará sin saber qué hora es ni qué rutina le corresponde a cada momento. El cambio de hora, ya sea el de invierno o el de verano, afecta a nuestra percepción del tiempo, unos efectos que no se extienden demasiado, pero también repercute negativamente en aspectos como el sueño, el estrés o la ansiedad.

Para el que ande despistado, esta noche hemos atrasado el reloj una hora, así que hemos podido dormir más. Pero el cambio de hora puede provocar diversos trastornos, tanto físicos como mentales, como el cansancio, los problemas para conciliar el sueño o la ansiedad. La experta en dermocosmética y titular de Arbosana Farmacia Rocío Escalante nos da algunos consejos para evitar que este cambio de hora nos afecte a la hora de dormir.

"La luz es un factor esencial para nuestro ritmo circadiano, una especie de reloj interno que ayuda a nuestro organismo a funcionar bien. Nuestro cuerpo se sincroniza con la tierra y es lo que hace que se duerma mejor por la noche, cuando no hay luz, y que estemos despiertos por el día", explica Escalante.

A la hora entender por qué el cambio de hora nos afecta tanto, la experta hace mención a un posible desequilibrio producido por la reducción de las horas de luz, algo que afecta a la conciliación del sueño, al hambre y al estado de ánimo. Pero Escalante invita a la calma: "Lo habitual es que el cuerpo se adapte al nuevo horario pasados unos días". Mientras el cuerpo se adapta, la experta nos deja una serie de sencillos consejos con los que minimizar los efectos del cambio horario y que tu sueño no se vea excesivamente afectado.

Evitar estímulos como bebidas o dispositivos electrónicos

La primera recomendación de Escalante es intentar acostarse antes. "Este cambio de rutina debe empezar los días anteriores al cambio horario, deberías intentar acostarte 10-15 minutos antes cada día, para que el cuerpo se vaya acostumbrando a la nueva hora", explica la farmacéutica. Tener un sueño reparador es fundamental para nuestro organismo y por eso deberíamos dormir entre 7 y 8 horas diarias. "Dormir es importante para que nuestro sistema inmunológico funcione adecuadamente, también es esencial para la salud mental y para que la piel del rostro", añade.

El consumo de bebidas estimulantes también está restringido, ya que estimulan el sistema nervioso. "Bebidas como el café, el té, el alcohol o los refrescos azucarados dificultan el sueño, por lo que es mejor no tomarlos o hacerlo hasta el mediodía", recomienda la experta. En lugar de estas bebidas estimulantes, es aconsejable tomar una infusión o suplementos naturales que ayuden a conciliar el sueño.

Con idea de no estimular de más al sistema nervioso, el uso de dispositivos electrónicos antes de ir a la cama también está completamente desaconsejado, ya que alteran al cerebro y son responsables del insomnio. "Es mejor dejar de usarlos un buen rato antes de acostarse", aconseja Rocío Escalante. Para ayudar a que el cerebro se relaje y no le afecten los estímulos, la farmacéutica recomienda crear un ambiente relajado en la habitación. "minimiza la luz y los sonidos en tu dormitorio, ya que el cerebro libera melatonina (hormona que regula el sueño) con la oscuridad. Además, puedes usar aceites esenciales en difusor para relajar aún más el ambiente", recomienda.

El deporte y la alimentación como aliados

"El deporte nos ayuda a estar más cansados y por lo tanto a dormir mejor, pero no se debe practicar justo antes de dormir, porque su efecto es el contrario", asegura Escalante, que también recomienda cenar de forma ligera y al menos dos horas antes de acostarnos. "No podemos irnos a la cama con el estómago vacío, pero tampoco conviene cenar mucho porque una digestión pesada también puede dificultar el sueño. Lo ideal es cenar de forma ligera y hacerlo al menos dos horas antes de acostarse", aconseja.

La situación actual y el estrés del día a día también nos afectan a la hora de dormir, pero controlar el estrés antes de acostarnos es clave. "Irte a la cama y empezar a dar vueltas a los problemas es uno de los factores que altera el sueño. Es aconsejable realizar meditación, yoga o ejercicios de respiración, para controlar la ansiedad y el estrés antes de irnos a la cama", concluye Escalante.

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