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La cantaora onubense, que estrenará nuevo espectáculo para la Bienal de Flamenco, publica 'Mi idilio con La Habana'
Además de su reciente disco Mi idilio con La Habana, que ha llevado a diferentes puntos de Andalucía como de todo el país, Argentina (Huelva, 1984) tiene una cita muy especial con su tierra y con el flamenco por derecho el próximo 1 de octubre. “Sí, estoy muy ilusionada con la participación en la Bienal”, cuenta la cantaora que estrenará en el Teatro de la Maestranza Sonoridad M. (1842-2024), un recital de cante tradicional donde repasa “la evolución del cante de la mujer desde que nace en los patios de vecinos hasta hoy”, avanza.
Con todo, y sin perder de vista su encuentro con la gran cita del flamenco nacional e internacional, la onubense está centrada en "seguir girando" y "presentando" los temas de su último trabajo, donde cuenta con las colaboraciones de Son de Cuba, Pancho Céspedes y Plena 79 Sala Orchestra, cuya chispa se encendió en la misma Habana.
Pregunta.–¿Qué tiene el son cubano que ha enamorado históricamente a no pocos flamencos?
Respuesta.–Eso digo yo, porque yo no soy la primera, ni seré la última que se ha enamorado de estos sones. Yo creo que al artista de flamenco siempre le ha gustado aprender de otros géneros, siempre hemos sido ambiciosos y eso es maravilloso, porque aprender de otras músicas lo que hace es que crezcas, que te curtas. Pero, concretamente, lo que ocurre con el son es que tiene un carácter similar al carácter flamenco, se compenetran muy bien. Por eso, cuando los flamencos lo llevamos a nuestro terreno, nos sentimos cómodos.
P.–En su caso, incluso ha dicho que el encuentro con el son le ha supuesto un punto de inflexión en su carrera, ¿ha sido así?
R.–Pues es que, una cosa que me vino sin querer, me ha cambiado la vida. Fue en 2019 cuando yo viajé a La Habana por primera vez para trabajar, para representar a España en la celebración de su 500 aniversario, y estuvimos tan liados que fue ya el último día cuando pude pararme a visitar la ciudad. Me recomendaron que fuera al restaurante La Vitrola, en la plaza Vieja, y allí sucedió lo que sucedió, con ese ambientazo, esos pedazos de músicos (tocaba el Grupo Evolución), pues me lancé a cantar con ellos y lo grabamos en un vídeo porque quería que la gente viera ese ambiente, pero lo que no me esperaba es que eso se hiciera viral, ni por la cabeza se me pasó. Y la verdad que ya en España mucha gente me insistió que grabara la canción y, ya de mí, surgió la idea de hacer un disco, este Mi idilio con La Habana, y meterme de lleno en este género. Ha sido todo un descubrimiento, porque yo conocía muy poquito, y ahora me estoy alimentando mucho de él como artista y como persona.
P.–¿Qué artistas le están marcando?
R.–A Celia Cruz la escucho muchísimo, a La Lupe, a la que hemos hecho un homenaje en el disco, a Olga Guillot, aTito Nieves, Willy Colón, Gilberto Santa Rosa, Benny Moré...
P.–La mala pata es que, en esa ola del vídeo viral y la preparación del disco, se cruzó la pandemia ¿Cómo afectó a este trabajo?
R.–Cuando hemos hecho un disco siempre lo hemos hecho tranquilos, a fuego lento, para hacerlo bien porque es una cosa que se queda para toda la vida, pero es cierto que la pandemia frenó un poco el camino previsto. Fíjate, el single fue en febrero de 2020 y el disco ha salido esta primavera. Pero, bueno, estuvo bien porque cuando se retomó un poquito la normalidad lo que hicimos fue hacer antes un espectáculo sobre unos cuantos temas que teníamos montados. Con el disco íbamos con tranquilidad pero dio la casualidad que nos volvieron a invitar a La Habana para cantar y aprovechamos esa estancia para meternos en un estudio de grabación de allí y terminarlo. Tuvimos que improvisar algunas cosas, aunque yo ya tenía pensados muchos temas que a mí me llegaban y quería versionar y también algunas canciones inéditas que ya habíamos ido seleccionando. Fue bonito porque fue como cerrar el ciclo, nació de alguna forma allí y se terminó allí. Nada mejor para que tuviera esa alma, muy cubana, muy de son, que yo quería para el disco.
P.–Hábleme de los inéditos
R.–Hay unos fandangos de Huelva, que hablan de La Habana del productor Javier Limón; está Vivir sin mí, del gaditano Juan José Alba, y está también una guajira que yo grabé en mi primer disco y que habla de Cuba. Una pieza del cantaor y compositor flamenco de Jerez David Lagos que él me cantó a mí un día y, cuando yo le dije que estaba buscando temas para mi primer disco y que me encantaría meterla, me la cedió aunque su pensamiento era grabarla él mismo, así que fue muy generoso. Es una guajira preciosa, que yo no había tocado desde aquel primer disco, y la he rescatado dándole un acento más cubano. Vamos, que el disco es de ida y vuelta, y nunca mejor dicho.
P.–Cumple 20 años de carrera profesional, ¿qué ha sido lo mejor y el obstáculo más grande en este tiempo?
R.–Sí, 20 años ya desde que empecé profesionalmente a moverme en peñas y con actuaciones aunque llevo cantando desde los 12, tengo que decir. Y bueno, en estos años ha pasado de todo pero si te digo el principal obstáculo, que además creo que he ido superando, es que soy muy tímida, y mi miedo a las entrevistas era enorme. Yo temblaba ante las entrevistas, es que me negaba a hacerlas, pero el tiempo me ha enseñado que no pasa nada, que lo que vas a hablar es de tu vida y que la gente que te escucha quiere saber qué sientes tú ante tu trabajo y cómo te enfrentas a él y de tus vivencias. He aprendido a desenvolverme y en definitiva a crecer. Es lo que más me ha enseñado mi carrera profesional.
P.–Sueños a largo plazo
R.–Pues hacer muchas colaboraciones, que me encantan, y, si te digo, que alguna de mis canciones fuera la banda sonora de una película, eso me haría muchísima ilusión.
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