San Juan de Palomares, 8 fue casa de vecinos desde el siglo XIX. Gabriel Castillo ha convertido, junto a su mujer, Julia Cordero, el patio en un vergel inspirado por su tío y maestro, el imaginero y escultor Antonio Castillo Ariza, que tenía en el mismo su taller.
Si se le pregunta a Gabriel cuál es uno de los secretos más importantes del recinto, sin duda contestará que su majestuoso pacífico, con ocho metros de altura. Este pequeño museo pavimentado de chino cordobés, de arqueología de galería porticada que, con más de 300 macetas, combina flora con restos romanos y árabes, está presidido por un triunfo de San Rafael ubicado sobre una pila de mármol.
Un singular recinto salpicado de elementos de “todas las culturas que han habitado Córdoba a lo largo de los tiempos”, destaca Gabriel. Puestos a conservar en el recinto trozos de la historia de Córdoba, no falta en el mismo un pozo medieval.